lunes, 8 de septiembre de 2014

EL VUELO DEL BÚHO - La Virgen

La Virgen
Juan José Prieto Lárez

Siempre al levantarme enciendo la radio. Manía añosa heredada de los viejos por percibir los primeros ruidos del día. Pero confieso que me conmueve escuchar esos asombrosos monólogos de un locutor que denota una soledad remota desde la cabina, forrada del más íngrimo silencio. Es un tipo que nos habla como si nos conociera desde hace mucho buscando cómo llamar, al fin, nuestra atención y uno ni pendiente. Cuando está muy fastidioso con su monólogo parlanchín le torcemos la voz cambiando a una emisora que nos proclame un poco de alegría y hacer ávido el día. Esa mañana me pasó con un blablador, sin el más mínimo recato, me obligó a un ¡caraaaajo¡ y de seguidas el giro mortal a su garganta transistorizada.

Bastó para escuchar una canción muy margariteña, de Jesús Ávila, pero otro evento se cumplía, que no se oyó ni se vió en ese justo instante, sino hasta el final. Nos sorprendió a todos: Salieron de Los Roques un primero…Los tres peñeros con sus ocupantes marcaron rumbo a Margarita: “Juperluis”, “Juber José” y “Mi negocio”, de septiembre rumbo a Margarita. De pronto una densa niebla cegó los ojos de la veintena de pasajeros…abordaron la piragua con esmero, iban a ver a la Virgen bonita. El rumbo se esfumó y el miedo relució sus colmillos diligentes para henderse en la vida de estos hombres, mujeres y niños…rauda, rauda una nube cruzó el cielo y un arco iris los iluminó…Los motores se tragaron toda la gasolina, y la corriente anunciaba su obsesión por desaparecerlos…era la Virgen que envuelta en un velo, en un destello de luz apareció…Entonces el mar se hizo indomable, se declaró implacable, y los atónitos viajeros presentían sus cuerpo como huellas en la insondable pesadilla y el perplejo paso de las horas…llevaban quince días navegando, cuando el viento se negó a soplar…Se comieron todos los recuerdos recostados a las paredes de la luna dibujada en la mejilla de la intranquila marea, la piel les gritaba y la paciencia describía voces que venían de lo profundo reivindicando el milagro…la sed y el hambre los iba agotando, los alimentos tenían que racionar…Otro motor dejó escucharse a lo lejos mostrando la salvación, no fue en vano la invocación a la virgen festejada por esos días…cuando pusieron pie en tierra les dijeron que las fiestas habían terminado, izaron las velas y se fueron, nunca se supo el rumbo que tomaron…Todos llegaron sanos y salvos en barcos rápidos a orilla margariteña, un canto de alabanza atiborró las hendijas del farallón…era la Virgen que envuelta en un velo en un destello de luz apareció. Esta crónica estaba escrita desde esos azarosos días, pero se me ocurrió publicarla hoy día de Nuestra Virgen del Valle.


elblogdepey.blogspot.com


NOTA: QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O COMPLETA DE ESTE MATERIAL, SIN CONSENTIMIENTO DEL AUTOR.

0 comentarios:

Publicar un comentario