domingo, 22 de febrero de 2015

LA LENGUA DESNUDA - El show debe terminar.

El show debe terminar


Juan José Prieto Lárez


Convertido en un noticiero de entretenimiento, así quedó para la posteridad el programa Nightly News de la NBC y conducido por el periodista Brian Williams. Uno de los programas de más alto rating en los Estados Unidos de Norteamérica ha entrado en fase terminal: el espacio televisivo y quien lo dirige. Todo por la consecuente impertinencia de Williams de hacerle creer a sus seguidores que él es el héroe en los grandes episodios nacionales e internacionales. Que su periodismo va más allá de toda ética para asumir el riesgo de perder la vida por “informar” con veracidad y la religiosa objetividad los hechos.


Hace una semanas las sandeces y aspiración de coloso comunicacional aseguró por Dios y su madre que había estado en un helicóptero sobre la zona de guerra, mucho más y nada menos, que en Afganistán, donde todo objeto animado era blanco perfecto de francotiradores experimentados, y acoso militar de constancia sangrienta. Pues bien, este niño de pecho en materia guerrerista divulgó la supuesta aventura de haber sido baleado el aparato donde viajaba por una ráfaga de metralleta salvándose milagrosamente de las garras de la muerta en combate periodístico. Otros avezados periodistas dieron cuenta de la atroz mentira del tamaño del territorio afgano, aduciendo que para la fecha señalada no se registró incidente alguno contra la cobertura de guerra.


La vanidad de Williams quedó al desnudo sumiendo el periodismo norteamericano en una relatoría egocéntrica, facinerosa. De pronto la NBC se vio envuelta en una madeja de fuertes críticas por no considerar las historias y sus protagonistas llevadas a su cautiva teleaudiencia. Los numeritos bajaron considerablemente provocando el “suicidio” profesional de Williams y la desazón del prestigio televisivo. Quedó así demostrado que para el periodismo norteamericano cualquier síntoma de beligerancia sin cuartel, puede ser llevado al plano de la risa y el aplauso con protagonistas presumidos. Es tan fácil contar la verdad sin faralaos ni encajes, que la gente se irá a la cama con una reflexión de vida a consultar con la almohada.


El revuelo ha sido tan estrepitoso que ya hay una investigación sobre la cobertura que este periodista hizo en el año 2005 sobre el desbaratamiento del huracán Katrina sobre Nueva Orleans. Tal vez emuló a los músicos del Titanic, claro, salvándose por un milagro del Creador. Hasta cuándo el show mediático.





elblogdepey.blogspot.com

NOTA: QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O COMPLETA DE ESTE MATERIAL, SIN CONSENTIMIENTO DEL AUTOR.


0 comentarios:

Publicar un comentario