domingo, 15 de febrero de 2015

LA LENGUA DESNUDA - Crisis calibre 22.

Crisis calibre 22


Juan José Prieto Lárez


El disparo de una pistola calibre 22 ha estallado en el parietal derecho del fiscal Alberto Nisman y el corazón institucional de la Argentina. Cómo pensar que escasos milímetros de plomo pudieran hacer tanto daño. Desde el pasado 18 de enero los cimientos del gobierno liderado por Cristina Fernández de Kirchner se tambalean como un castillo de naipes. Lo cierto hasta ahora es que el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, sigue cobrando víctimas. Alberto Nisman debía presentar una denuncia ante el Congreso de la participación de la Presidenta Cristina en una suerte de encubrimiento a los iraníes que participaron en el atentado terrorista más sangriento de ese país.


Designado como fiscal especial para investigar el caso Amia por el fallecido Nestor Kirchner, Nisman se dedicó por entero a palpar una trama llena de conspiraciones, complicidades, muertes, misterios, muchos intocables. Luego de diez años de arduo ofrecimiento, el Fiscal llega a un triste final, a sabiendas de que su vida también pudiera correr la misma suerte. Su valentía lo empuja a intentar contener un inmenso muro institucional que se le vendría encima tarde o temprano. Estaba en la mira de una silenciosa confabulación, que ha decir de entendidos analistas, jamás se sabrá por el peligro que acarrea abrir la boca en una sórdida jaula plagada de víboras. Nisman llevó sobre sus hombros el entierro de una democracia de apenas treinta años. Estaba asomado a la agonía de una libertad donde los tambores de la guerra solo aquietaron los cueros, que al parecer vuelven a sonar con más estruendo ante el bramido de justicia en una Plaza de Mayo confundida bajo el arcano de la indefensión.


Bien, Alberto Nisman ya no está para contarlo, su grito ha sido sepultado dejando una helada estela de interrogantes con visos de una gigantesca sed de respuestas por parte de quienes ostentan el poder, quienes son repudiados en cada plaza y en la arteria más larga y transitada: la Avenida de Mayo. El rescate a lo dicho por Nisman cuatro días antes de aparecer muerto ha pasado a otras manos para proseguir curso, y la primera instantánea ha sido la imputación de la Presidenta y los más allegados a su toma de decisiones. Arden los bordes de Casa Rosada y muchas manos se estrujan arrugando el sudario de una derrota moral ante la insepulta indignación de quienes dudan la inesperada partida de quien deja un país roto, entre el antes y el después de un suicidio afilado persiguiendo sombras ocultas en el ocaso precoz del kirchnerismo de Cristina.







elblogdepey.blogspot.com


NOTA: QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O COMPLETA DE ESTE MATERIAL, SIN CONSENTIMIENTO DEL AUTOR.


0 comentarios:

Publicar un comentario