Goteras de la cumbre
Juan
José Prieto Lárez
Como una copia al
carbón se repitió en la VII Cumbre de las Américas lo que siempre sucede en
estos eventos hemisféricos. La CIA impone su carácter injerencista y lleva y
presiona a los gobiernos anfitriones a que den cabida a la parranda de payasos
terroristas desvencijados para opacar la intención y atención del guion a poner
en escena. Luis Posada Carriles, por Dios, el decrépito fanático mata gente,
enclaustrado en un florido estado de la unión estadounidense. Los tentáculos
funcionaron al punto de negar credenciales a las víctimas de las guarimbas del
año pasado en Venezuela. Hasta el asesino del Che tuvo cabida en los foros
sociales, tras una sucia jugada con el gobierno panameño, lo que demuestra que
la conchupancia estuvo a la orden de las ambiciones imperiales.
Entre tanto Nicolás
Maduro se convertía en el primer mandatario en visitar después de veintiséis
años el barrio El Chorrillo masacrado por marines norteamericanos en la noche
más terrible de esa gente que despertó con sus hijos acribillados. Allí están
los testimonios como telón de fondo de una cruda intervención. En esta cumbre
se supo cuáles son los países de esta América gustosos de la opresión que
ejerce sobre ellos el fondo Monetario Internacional y la política de la dádiva
que Obama llevó en el Air Force One. Sus discursos fueron destemplados,
significando solo lo que ocurre en sus suelos sin importarles el vecino. Una
actitud egoísta y a la vez ignorante al no percatarse que este debe, por
naturaleza, ser un continente hermanado para las buenas y las malas. Claro que
destacaron discursos aguerridos, sin miedo a decir verdades y este fue el
momento para decir que nuestra América está de pie y dispuesta a la batalla por
la razón.
Quienes pretendían un
discurso vapuleador por parte de Obama se quedaron alborotados, y no lo digo yo
sino reconocidos analistas internacionales, porque el presidente de la nación
más poderosa del planeta se apareció como alma en pena a decir insípidas
elucubraciones que no se amoldaban al momento histórico. Pareció estar al
garete, como si lo hubieran dejado solo a hacer el ridículo admitiendo no tener
nada que ver con la historia ante un conglomerado que vive por su historial de
lucha digna, claro Barak quizás se refería a que ellos hacen la historia, donde
los protagonistas son los muertos que va van dejando a su paso. Los agoreros
quedaron en pelotas días antes cuando el imperio reconoció el error del decreto
bastardo, olvidémonos de Obama, donde pierde lucidez tanto poder omnímodo.
Lo cierto es que las
metas trazadas por los países progresistas de la región se cumplieron. El
presidente gringo de Hawai se fue tal como llegó, acompañado de su soledad, con
un halo de desesperanza dibujado en su rostro confuso. Abrió la puerta de la cocina
y se fue con el rabo maltrecho. Su única victoria: una foto con Raúl Castro que
guardará como recordación de la pela en Panamá. La historia sigue, tal vez no
para él, marcando la pauta en la vida de nuestros pueblos. Los imperialistas seguirán
con su reguero de violación a los derechos humanos por todo el planeta y en
cada cumbre encontrarán muros de dignidad más altos y robustos.
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@juancho_pey
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